Si puedes viajar este verano, aprovecha y viaja. Donde sea, cerca de tu casa o al otro punto del planeta. Lo importante es ver mundo, ver otras maneras de hacer, salir de la rutina, salir de tu entorno.
Yo tengo muchas ganas de salir de mi querida ciudad, Sabadell, con cariño, pero tengo ganas de un cambio de aires. Si todo va según lo previsto vamos a ir a Nueva York, nosotros y otra familia. Tengo muchas ganas, ir por esas enormes calles de Nueva York, donde todo supongo que te debe sonar, esto de no sé qué serie, esto de no sé qué película.
Cuando viajas me gusta la sensación que causa en ti pequeños detalles, como que vas al lavabo público, luego te quieres lavar las manos y resulta que el grifo no es como el de tu casa, ni como el de los vestuarios de la piscina que vas. Y allí, en milésimas de segundos, tienes que deducir como carajo se abre el grifo, o cómo se activa la máquina de secar las manos. Sales del lavabo, te encuentras con tus compañeros y sigues el viaje. Y todo el día es así, descubriendo cosas y sacando a tu cerebro de la rutina, rompiéndole esquemas.
Claro, todo esto cansa, es lo que se dice, que cansa hacer de turista, es esto supongo, todo el día con el radar puesto, interpretar ese mapa, para ir al Empire States es a la derecha o la izquierda, espera que el Google Maps no se sitúa todavía, y tienes que estar activo y despierto todo el día.
Luego pasa que uno en su pueblo se cree el rey del mambo, pero luego cuando sales te sientes insignificante, sientes que eres una hormiguita pidiendo paso en un lugar desconocido. No conoces las leyes, las reglas, los códigos no escritos. No dominas su idioma, su jerga. Y esto le va muy bien a nuestros egos, para decirle, oye, ponte en tu lugar, no eres tanto como te piensas, eres una personita más, como otra, haciendo tu camino en esta vida que lleva no se sabe dónde.
Los americanos han conseguido ser el centro de atención del mundo, cortan el bacalao, nos guste o no. Su idioma, el inglés, se ha impuesto de facto en el mundo, también el de los ingleses de Londres, que también cortan mucho el bacalo, aunque no lo parezca tanto. El idioma de facto del mundo es el idioma del poder de ese momento. Si ahora cortará el bacalao los holandeses en todo el mundo, pues se hablaría el holandés. Y luego está todo el “lifestyle” (estilo de vida) que se crea en Estados Unidos, lo empaquetan y nos acaba llegando aquí.
El Black Friday no sabíamos ni que era apenas unos años. Ahora sólo basta ver las mil y una promociones que se hacen aquí del Black Friday. Uno se entera de que se lo inventaron allí en América porque había números rojos y luego para intentar subsanar la economía hacían como un día de super-promociones para hacer caja, y así pasar de números rojos (pérdidas) a números negros (ganancias), y de allí el black Friday. Te guste o no, es como una onda expansiva que nos llega aquí.
Lo mismo con el fenómeno de la hamburguesa. Empezó con el McDonalds, pero no ha parado desde hace décadas de crecer el fenómeno, con ahora más marcas, y con más facilidades, para que te lo lleven a casa con un click. Seguro que a Glovo le acaba pagando McDonalds por el porte, con tal se coman sus hamburguesas. Pero el tema no es que justo un día comas hamburguesa, es el estilo de vida que lleva implícito.
Yo hoy he hecho la comida. He sacado “carrillas de cerdo” del congelador y las he hecho al horno. Qué bien sienta el calorcito del horno en pleno verano :) Pero bueno, el caso es que ha quedado muy bueno y hemos resuelto la papeleta de la comida. Pero claro, es un estilo de vida en desuso, porque implica esfuerzo y planificación. Hay que ir a comprar la carne, congelarla, luego pensar qué vas a hacer para comer, dedicarle tiempo, sacarlo del congelador, cocinarlo, luego limpiar el arsenal de utensilios que has ensuciado para cocinar, etc.
Compara esto con hacer un Burger King, unas alitas de pollo, comprarse un bol de esos que salen en las series americanas con los sobres con las alitas dentro, sentarse al sofá y ala, a comer. Al acabar, todo a la basura, plásticos, papel, etc. Yo no lo acabo de ver, pero bueno, nos guste o no, la historia dice que la onda expansiva nos acaba llegando.
Pues bien, decía que mola viajar para salir de tu zona de confort, e intentar ver con tus propios ojos el lugar donde se cuecen las cosas, donde se inventan, para palparlo, para intentar comprenderlo, para ponerte contra las cuerdas con tus creencias, y rendirte o reafirmarte.
El mundo es tan grande que a veces tengo ese efecto que dicen, el FOMO: Fear Of Missing Out, que vendría a ser, el miedo a perdérselo, a morir sin haber visto prácticamente nada.
Deepak Chopra tiene un audio que dice: “todo lo que necesitas está dentro de ti”. Visto así, no me haría falta salir para ver nada, todo lo que necesitas tu y yo lo tenemos dentro de nosotros. El caso es que no sé por qué el instinto me dice que hay que salir de vez en cuando. Uno puede estar bien con uno mismo con poca cosa, pero esto no quita de querer ver mundo, conocer otras culturas, ver otros paisajes, probar otras comidas, etc.
Los próximos días no sé si escribiré o no. El domingo que viene estaré en NY si todo va bien, si me siento para escribir aquí nos encontraremos, ahora tengo dudas si es mejor también hacer vacaciones de escribir en este blog, de hablar contigo, de que me pierdas de vista durante unas semanas, o no. Por mi parte no hay problema en seguir porque lo hago porque quiero y me gusta. Y supongo que por tu parte también, y en cualquier caso si no tienes ganas de leer es tan simple como no abrir el email de esta newsletter.
Sea como sea, espero que tengas un feliz domingo, una buena entrada al verano caluroso que nos espera, y que disfrutes y aproveches para explorar el mundo.
Un abrazo,
Marcel