El mundo se ha convertido global. Ya hace tiempo que oímos en los medios de comunicación la palabra «globalización» pero no es hasta que uno lo experimenta que entiende lo que significa. Las distancias se han acortado. Las tecnologías y el uso principalmente del inglés como lengua comuna han acercado al mundo. Cada vez es más fácil contactar con personas del otro lado del planeta y sin embargo cada vez cuesta más quedar con personas que aprecias que viven cerca de ti. Es una paradoja que no sé si también tu la experimentas.
Trabajamos con un alcance más allá de nuestro barrio
Han pasado los días en que uno se podía ganar la vida trabajando en su barrio, generando valor para los de su barrio con materia prima obtenida cerca de su barrio. Evidentemente todavía hay muchas personas que tienen el lujo de trabar cerca de su casa para clientes cerca de su casa, pero yo diría que esto va a la baja. Cada vez oigo más personas que trabajan con un alcance global: trabajan en empresas internacionales y tienen que bregar con clientes de medio mundo, ya sea viajando a esos países o trabajando telemáticamente desde aquí con personas de otros países. Un amigo mio trabaja para una empresa de Bélgica. Físicamente la oficina está cerca de Barcelona pero virtualmente trabajan para «el mundo». Hacen software para clientes de medio mundo. Otro amigo hizo maletas y se fue a San Francisco a trabajar para una empresa de tecnología de estas bestias de Estados Unidos. Allí trabajan, como no, con un alcance global, produciendo productos para todo el mundo. Y el día a día seguro que también se comunican con personas de la empresa en San Francisco pero también con otros colaboradores esparcidos por medio mundo. Hoy las videoconferencias, chats, están al orden del día.
Trabajo local con aprovisionamiento global
En mi caso no he seguido el modelo de mis amigos. Ni me he ido al estranjero ni he entrado a trabajar para una empresa internacional (en nómina, digamos). Me pusé a trabajar por mi cuenta, con un alcance local. Mis clientes son locales, digamos Barcelona con un radio de alcance de 200 quilómetros siendo generoso. Lo curioso es que para hacer mi trabajo local utilizo herramientas y recursos globales, provenientes de medio mundo.
Desarrollo de páginas webs en Bremen y Vietnam
En Barcelona tengo algún cliente para el que le estoy haciendo una página web así como la gestión de publicidad en internet a través de Google Adwords. El diseño de la página web (el «Theme» como se conoce en la jerga) no lo desarrollo yo; lo compro a empresas que se dedican a hacer diseños web elegantes y con muchas prestaciones (por ejemplo, que la web se adapte bien al tamaño de los móviles, lo que en la jerga se conoce como «responsive design»). Estas empresas suelen vender un diseño por menos de 100 euros. Lo venden en todo el mundo (la compra se hace online) de modo que sumando muchas compras ingresan una cantidad elevada que permite cubrir los honorarios del equipo desarrollador y ganarse ellos la vida. Pues bien, hace unas semanas compré un diseño web a una empresa de Bremen, Alemania (la empresa se llama Yootheme). Hace unos días he renovado la suscripción de otra empresa de diseños, Joomlart; a esta empresa le compré el diseño de mi propia web (marcelodena.com, la parte web, no la parte del blog). La empresa Joomlart tiene su sede en Vietnam. Una vez tienes el diseño (Theme) hay que adaptarlo, personalizarlo y meterle unas cuantas horas de trabajo, pero esto es otra cosa.
Lectores al otro lado del Atlántico
Otro ejemplo, este mismo blog en el que estás tiene lectores de varias partes del mundo. Muchos obviamente de España, pero un porcentaje bastante elevado es de América, y más concretamente de países en los que hay personas de habla hispana como México, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Argentina, Estados Unidos, etc. No hace mucho una persona llamada Sonia de Argentina se suscribió a mi blog. No deja de fascinarme que personas situadas en lugares tan distantes puedan estar conectados con tanta facilidad.
Formación a miles de kilómetros
Si no has oído nunca hablar de «Webinars» te lo resumo: es como asistir a una formación o «seminario» presencial, al estilo clásico, pero desde el ordenador de tu casa, oficina o donde quieras. El profesor empieza la clase con una webcam (y presentación al estilo powerpoint) y se transmite todo a través de internet. Pues bien, hace unos días asistí a uno de estos webinars: yo en mi casa, delante de mi PC; te pones los auriculares y asistes a una formación de una persona que está en Seattle (Michael de la empresa Portent). Hoy en día hay programas y plataformas (p.ej. Citrix) que permiten transmitir voz, imagen, datos al momento y a miles de quilómetros (es lo que se llama en la jerga, streaming).
Los flujos horarios son diferentes, allí el profesor hace la clase por la mañana y al otro lado del Atlántico tu asistes a la formación siendo ya la tarde. Rompiendo la barrera del tiempo y espacio.
La inmediatez para contactar al otro lado del mundo
Después del webinar envié un tuit (mensaje via Twitter) para agradecer al profesor (Michael) y la empresa para la que trabaja (Portent) la formación. Al mismo momento Michael respondía el tuit invitando a preguntar cualquier duda que tuvieses. Lo encuentro fascinante, y eso que he estudiado telecomunicaciones, pero no deja de fascinarme (será que me hago viejo); no hace muchos años contactar con esa persona hubiera sido complicado a la par que caro. Twitter tiene eso, tiene la capacidad de romper la frontera del espacio y del tiempo (allí es la «mañana», aquí es la «noche» pero nos comunicamos al instante).
La ubicuidad de las herramientas
Pasa como con muchas ciudades ya, vas a Munich, a Barcelona, a Paris y en las calles comerciales te encuentras un Zara, un Starbucks, un Mango, un Loewe; si no fuera por los rasgos de la gente y cuatro detalles más no sabrías que has cambiado de ciudad. Pues con la tecnología paso algo parecido. Facebook, Twitter, Google y sus innumerables aplicaciones (Gmail, Google calendar, etc.), Whatsapp, etc. Son herramientas con un alcance global. Tu envías un whatsapp a alguién de tu ciudad y tarda más o menos lo mismo que si lo mandas al otro lado del Atlántico. Parecido a esto de las ciudades, en este webinar que asistí el profesor mostraba cosas de la herramienta de Google Adwords y Google Analytics. Es curioso ver como la pantalla de la aplicación que te enseña el profesor de Seatlle es identica a la pantalla de Adwords que veo yo en Barcelona, a la que ve una persona de Australia. Todos gestionamos publicidad en internet mediante la aplicación de Google Adwords, todos en continentes diferentes, pero todos con la misma herramienta. Aquí puedes palpar la globalización.
El idioma
Es fascinante ver cómo con relativamente pocos idiomas se puede entender una gran parte de las personas del mundo.
Música Universal, música en todo el mundo
¿Y la música? Nunca habíamos tenido tan a la mano escuchar música de grupos de todo el mundo. El otro día leía a Jeff Sauer (de Minniapolis), la newsletter que envió de su blog de temática de marketing digital (jeffalytics.com). En la newsletter mencionaba un grupo de su ciudad («Atmosphere«) y daba un enlace a la entrada en Wikipedia del grupo. Cuando yo era pequeño recuerdo los tomos (tochos) de la enciclopedia que habían comprado mis padres. Un tomo para cada letra del abecedario. Era impensable que un grupo contemporáneo de música, de hip-hop, tuviera un espacio al cabo de pocos años de su creación. Hoy esto ha cambiado mucho. De la wikipedia me fui a Spotify, aplicación para escuchar música a la carta. Puse el nombre del grupo, busqué la canción y le di al «play». La canción, que por cierto era «Writers Never Die (WND)«, me gustó y esta semana he estado escuchando varias canciones de este grupo.
El making-off de la jugada, así lo descubrí
Un día buscaba en Google cómo hacer algo (no recuerdo exactamente qué era). El caso es que me apareció entre los resultados de la búsqueda una entrada con un artículo del blog de Jeff Sauer. Me gustó el artículo y me ayudó a resolver mi problema. Vi que tenía otros artículos interesantes y decidí suscribirme a su blog para recibir otros artículos vía mail. No hace mucho recibí un mail con la «newsletter» de febrero y fue en este mail donde mencionaba al grupo de música Minniapolis, Atmosphere. De nuevo, la distancia y el tiempo pierden peso en el mundo virtual.
Curiosidad por saber cómo es la oficina al otro lado del mundo
No sé si tu has tenido alguna vez la curiosidad de saber cómo es la ciudad de alguien, de saber cómo es el edificio en el que se encuentra una empresa, como son las calles, etc. Yo tuve la curiosidad no hace mucho de saber cómo era l a ciudad donde está la empresa Joomlart (la de los diseños web de Vietnam). Tan fácil como buscar la calle de la empresa en Google Maps y poner la vista aérea del mapa. No conseguí navegar por las calles con streetview pero si ví unas cuantas fotos. Molaría apretar un botón y poder ir a comer a un restaurante de por allá, darse un paseo y volverse a casa al cabo de un rato. Pero mientras esto no se invente nos conformaremos con lo que tenemos, que no es poco.