Los brotes verdes de la economía – mayo 2015
Dicen que hay indicadores, desconcierta un poco esto de indicadores «macro-económicos», que apuntan a una recuperación de la economía española. Debe ser porque son macro (grandes) y no «micro» (pequeños) que mucha gente no le cuadra la versión oficial de las autoridades y la realidad de la calle. Es el mismo efecto que se produce al generalizar, que se acierta para algunos casos y se desacierta para otros casos. Desde mi punto de vista sí que he visto algunos síntomas que me cuadrarían con una lenta recuperación de la economía, pero también he visto síntomas que todavía queda mucho. ¿Cuáles? gente que te enteras que han encontrado trabajo por fin (aunque también conozco que todavía no lo han encontrado), por ejemplo. Otro aspecto, últimamente también veo más movimiento en los restaurantes. La última vez que llamé para reservar en un restaurante me miraron raro cuando llegué, no hacía falta, el local no se llenó en todo el rato que estuvimos. Hoy vigila, porque ya se empiezan a ver esas colas de antaño a la entrada de un restaurante. Vas por la calle y empiezas a ver personas con el mono de trabajo (construcción, instaladores, etc.) que están trabajando, levantando la calle, tirando cables (¿De fibra óptica?), etc. También ves a veces que van al bar a desayunar (algunos sí, algunos no, claro). Y esto para mi son síntomas que algo ha cambiado a mejor en la economía. Hace un año esto me costaba más de ver, no veías movimiento de obras por ningún sitio por ejemplo.
Luego coges el diario y ya no todo son cierres, despidos y EREs. Ya ves noticias más apostando al crecimiento, que si Casa Ametller (cadena de verduras/fruta) ha ampliado capital y que abrirá más tiendas, que si tal empresa de tal cosa le va bien, etc. También lees de vez en cuando alguna noticia de un montón de millones de euros que ha tenido tal banco de beneficio (parece mentida que sólo hace cuatro días que el sistema financiero en España estuvo al borde de la quiebra, ¿no?).
Los trabajos que no son trabajos
También conozco casos de personas que han encontrado trabajos que al cabo de pocos días ya no son trabajos. Esto ya no es ni lo de los «micro-jobs» que hacen en Alemania. Los casos que pasan aquí en España son decepcionantes. Vas a una ETT, te dan trabajo, empiezas a trabajar para tal empresa y al cabo de 2 días te dicen que ya no hay trabajo. Parece mentida que esto pueda pasar, ¿no? pues conozco algún caso. También conozco alguna persona que empezó a trabajar para una empresa y al cabo de pocos meses no le pueden pagar y deja de tener trabajo. Esto es lo que los sindicatos dicen «la precariedad laboral» y lo que yo digo muy poca vergüenza por aprovecharse de la gente y contratar sin informar de las condiciones previamente.
Cóctel de emociones
Y ahí es donde se mezcla el cóctel de emociones, cuando unos parece que van con el coete en el culo hacia la bonanza y otros no ven donde están los brotes verdes de la economía.
¿Estamos tan acojonados como en el 2013?
Yo creo que no, que en general (y otro generalismo) la gente ahora no tiene tanto miedo de la crisis como en el 2013 por decir un año. Para mi una frase que resume en estos momentos el contexto es que ha pasado un poco el acojonamiento general. Como el mago «Magic Andreu» que decía a sus víctimas a les que les iba a hacer un truco de magia: ¿Estás acojonado, eh? Pues lo mismo pero al revés. Yo creo que la gente hemos empezado a no estar tan acojonados. Hubo un tiempo donde sólo que oías despidos, empresas que cerraban y esto se contagió. Para los que estaban en la cuerda floja y para los que no tanto, gente que mantenía sus trabajos y podía pagar su hipoteca pero se acojonó también. Ahora yo creo que está pasando un poco este miedo. La gente empieza a ver que muchas empresas ya han hecho los recortes que tenían que hacer y parece que ya ha parado la sangría. El estado y diversas administraciones parece que también han dejado las tijeras en un cajón, al menos por un tiempo, y más ahora que se avecinan las elecciones. Y todo este caldo hace que mucha gente se «envalentone» y haga cosas que hasta ahora se había estado reprimiendo, como salir más los fines de semana, planificar unas vacaciones aunque impliquen sacar la cartera, comprarse un coche (¿Te has fijado que hay muchos coches nuevos en la calle? fíjate en las matrículas).
También sé de empresas del sector de la restauración que para este año tienen ya contratadas muchas más bodas que las que tenían el año pasado. Los hechos vitales son hechos vitales, nacer (bautizo), amarse, casarse, celebrarlo, etc. Y durante 1-2 años la gente se puede reprimir de hacer una celebración por el tema del dinero, pero el que le hace ilusión una celebración con encanto supongo que lo hace a la que ve que la cosa no está tan mal.
El efecto contagio
Una cosa que siempre me ha fascinado es la capacidad que tenemos en estas latitudes de «envidiar» y de «pues yo más». Está claro que esto va por barrios y cada persona es diferente, pero hay un efecto contagio también en el consumo. Si tu vecino se va de vacaciones a tal sitio, pues tu tienes que poder irte a tal otro sitio también. Si tu compañero de trabajo se ha ido este fin de semana a tal sitio, ¿Cómo no lo vas a poder hacer tu si además sabes que cobras más que él? Y supongo que esto contribuye a este efecto acordeón, que de golpe el consumo interno en España cayó en picado y de golpe el grifo parece que se vuelve a abrir.
Aquí te dejo el enlace a los artículos de esta serie de «los brotes verdes» que escribí hace un tiempo:
Los jodidos brotes verdes de la economía en mayo 2014
Los brotes verdes de la economía en diciembre de 2013
Los jodidos brotes verdes de la economía en setiembre de 2013