¿Quién eres? ¿Quién soy yo?
¿Quién eres?
Contesta esta pregunta y vas a ver cómo empieza a caer una lluvia de etiquetas, intentando definir quien eres.
No son más que etiquetas.
¿Quién eres?
¿Tú eres tus propiedades? No.
¿Tú eres tu cargo profesional? No.
¿Tú eres los contactos que tienes? Soy amigo de…, Soy colega de… Conozco a… No.
¿Quién eres realmente? ¿Cómo eres de verdad?
La respuesta no está fuera. Está dentro de ti, pero cuesta tanto mirar dentro de ti!
¿Tú eres tu cuerpo? No.
Haz el siguiente ejercicio: siéntate al suelo, cruza las piernas, cierra los ojos. Con tu manos empieza a tocarte la cabeza, el pelo (si tienes), las orejas, la nariz, nota el cráneo, baja por los hombros, nota los huesos, toca las piernas, nota el músculo, toca la rodilla, nota los huesos.
Nota tu esqueleto. Con los ojos cerrados, imagina tu esqueleto, imagínate a ti mismo sólo con esqueleto, sin envoltorios de pelo, ni de piel, ni de color. ¿Sigues siendo tú mismo? Sí.
Dentro del esqueleto, arriba de todo hay un órgano místico, misterioso, el cerebro. Dicen que dentro hay la mente. También dicen que hay 2 mentes, la mente ordinaria y la mente de verdad (RIGPA).
¿Dónde está tu conciencia? ¿Está dentro de ese órgano o fuera? ¿La conciencia existe antes de la materia?
Hacerse la pregunta en primera persona es todavía más desconcertante: ¿Quién soy yo?
Yo soy… ¿Qué vas a decir? ¿Cómo vas a definirte? ¿Es tu yo algo tangible? ¿Es sólo una construcción ficticia?
Preguntas y más preguntas.
Este artículo no tiene afán de dar respuestas, si las supiera!
Sólo tiene afán de dudar, de cuestionar, reflexionar.
Un abrazo!
Marcel