Reflexiones de mi experiencia trabajando por mi cuenta durante 10 años
Estos días se cumple una efeméride que marcó un punto de inflexión en mi vida: en junio de 2013 me despidieron de mi antigua empresa y empecé a trabajar por mi cuenta. Es una efeméride que no me gusta recordar pero es inevitable que aparezca en mi cabeza. Y me he propuesto hacer el esfuerzo de escribir lo que salga. Hace 9 años ya escribí un artículo, hoy lo he ojeado y he visto algo que ya no creo, decía “desconfía de tu entorno”; no me gusta esta frase, ni lo creo, ahora pienso plenamente que tienes que confiar en ti, principalmente, y también en los que te rodean. Lo que pasa es que con los años dejas de ser tan ingenuo, y lo que antes veía como muestras de desconfianza ahora lo veo como pura ingenuidad de no ver la jugada de ciertas situaciones.
Beneficios de trabajar por mi cuenta
Trabajar por mi cuenta es una de las mejores decisiones profesionalmente que tomé. Fue casi inevitable, después que me despidieran, siendo tan responsable y entregado me tocó tanto que no pude soportar la idea que me contratará otra empresa, darlo todo y me volviera a despedir. A veces cuesta entender, aceptar, como funciona el mundo y supongo que hay que tomar distancia.
Recuerdo que en aquellos momentos de empezar hice alguna entrevista con una consultora de recursos humanos, el que me entrevistó creo que ya vio que no estaba muy convencido y recuerdo que me dijo: si no te subes al tren de trabajar para una empresa ahora ya no vas a subir, y veo que el señor sabía de que hablaba. Llevo 10 años trabajando por mi cuenta, trabajando para terceros, ¿Siempre trabajamos para terceros, no? Pero siendo autónomo, desde mi propia empresa de una-sola-persona y todos contentos.
Mirando hacia atrás y pensando en los beneficios de esa decisión identifico lo siguientes puntos:
Libertad
He ganado en libertad, lo cual para mi quiere decir en la capacidad de decidir constantemente en mi futuro. ¿Quiero ofrecer este servicio? ¿Quiero coger nuevos clientes? ¿Quiero aprender sobre esta disciplina para ofrecer nuevos servicios y porque me interesa? ¿Quiero trabajar un día que es festivo en Barcelona pero como soy de Sabadell lo quiero aprovechar para trabajar? O al revés, ¿Quiero tomarme este día libre para hacer otras cosas?
La libertad pienso que está mal entendida. Se suele pensar que es hacer lo que te da la gana, y no es así, es hacer lo que debes, pero con la suerte que lo que debes hacer es lo que has decidido. Sí, eso es. El lunes yo voy a trabajar para una empresa, y el martes para otra. A todos seguramente nos gustaría estar de vacaciones, ya llegarán, pero ahora toca currar y dar lo mejor. Y así es como uno puede hacer su camino, ayudando a empresas en lo que tu dominas y organizar tu vida a tu manera.
Autoestima
Sí, lo hice, lo he hecho, trabajar por mi cuenta y ganar dinero. Esto es todo. Es como el que no sabe si será capaz de escalar una montaña y llegar a la cima, hasta que lo hace, y luego sabe que puede hacerlo. No sólo esto, es que ahora sabe que puede seguirlo haciendo, y sin tanto esfuerzo, disfrutando del camino.
El problema es que no es un camino llano, está lleno de trampas, que inevitablemente van a hacer que quedes atrapado y en un momento desearas no haber decidido trabajar por ti mismo y estar a sueldo de alguien, pero allí es donde uno crece. Recuerdo un cliente que cogí hace muchos años. Acabé con una inflamación del dedo pulgar monumental. Lo pasé tan mal en esa experiencia que lo acabé somatizando físicamente y se me hinchó el dedo pulgar. Fue una experiencia horrible. Pero fue el master más eficaz en cómo detectar personas tóxicas y clientes que no te convienen. Y con el tiempo aprendes a decir no, a posicionarte, a mirar a la cara, aguantar la mirada y ha hacerte valer y pedir lo que crees que vale lo que ofreces.
Conocer nuevas personas
Cambiar de sector me permitió conocer nuevas personas. Y ha sido muy bonito, y está siendo. Si lo pienso, cuanta gente nueva he conocido en esta última década, cuantas maneras de hacer diferentes, cuantas sensibilidades diferentes, cuantas empresas nuevas he visto y visitado. Es muy gratificante.
Saber de otras disciplinas
Siempre he admirado y me ha atraído ser como Leonardo da Vinci, intentar saber de disciplinas muy distintas. Esta curiosidad que tenemos cuando somos pequeños no deberíamos perderla nunca. Y es lo que me permitió re-inventarme, al principio seguí trabajando de mi campo, la gestión de proyectos de tecnología (IT), pero luego, poco a poco empecé a formarme en marketing digital. Aquí tengo que agradecer los programas de formación de Google Adwords, que me permitió aprender esta disciplina, la de mostrar anuncios arriba de todo de Google. Con el tiempo creo que he devuelto la inversión sobradamente a Google, porque he gestionado y sigo gestionado las cuentas de Google Adwords de varias empresas que invierten dinero, y algunas mucho.
El Marketing Digital es lo que he estado haciendo durante esta última década, del 2013 al 2023. Empecé con Google Ads y me fui expandiendo para conocerlo todo, otras plataformas de publicidad como Facebook Ads, Twitter Ads y mi querida plataforma de LinkedIn Ads, una plataforma que parece tener en su ADN genes que también llevo yo, y nunca he tenido la sensación que me cueste hacer las cosas bien en esta plataforma. Luego también me dio para aprender de analítica web, de la mano de Google Analytics, aprender a hacer páginas web, he jugado con muchos frameworks para crear webs, que si Joomla, que si Wordpress, ahora está de moda Webflow y también lo he probado. Y un sin fin de temas que orbitan alrededor del marketing.
Cuando trabajas por tu cuenta te das cuenta que tocas muchos palos, y lo bueno es que si lo combinas con lo que te gusta y te pica la curiosidad es un motor muy potente para avanzar.
Conciliación con mi vida personal
Este aspecto es quizás uno de los mejores y más beneficiosos. Ahora no siento que trabajo y luego voy a casa y hago el papel de padre. Ahora siento que soy una persona que trabajo todo el día, un rato haciendo Google Adwords, otro rato haciendo una reunión y otro rato cocinando para preparar la comida para mis hijos. De hecho, agradezco cocinar porque así es la manera de cortar con el trabajo y estar un rato con otra cosa.
Me acuerdo cuando trabajaba en Barcelona de asalariado que la conciliación era muy mala. Mi horario era hasta las seis de la tarde, pero muchos días plegaba más tarde para acabar faena (insensible de mí), quizás a las siete (era muy ingenuo y no sabía que igualmente me despedirían). A veces llegaba a las ocho a casa. Mi mujer estaba que se subía ya por las paredes de cuidar a nuestros hijos. Yo llegaba super-fresco, recuerdo que decía: “no te preocupes, ya los baño yo”, como si esto fuera la salvación del mundo.
Gracias Universo por cambiarme la vida, era lo que necesitaba.
Perder el trabajo de asalariado y ponerme a trabajar por mi cuenta marcó un antes y un después. Pasamos a hacer la crianza de igual a igual con mi pareja. No eso de “yo colaboro”, ¿Qué es eso de colaborar? No se colabora, se hace a partes iguales.
Por la mañana llevaba los niños al cole. Por la tarde los recogía. Recuerdo unas peloteras a la hora de la merienda, porque no querían comer fruta, pero eso era la vida de verdad, arrimar el hombro para hacer la crianza.
¿Y sabes que es lo bueno de todo? Que había tiempo para todo, que hay tiempo para todo, tenía tiempo para hacer mi trabajo y tiempo para ocuparme de mi familia. Y así es como he seguido haciendo, pero nada de esto me era posible cuando trabajaba en Barcelona 8 horas cada día, y perdía casi 3 horas en el tren.
Balance
Así que hago balance y en global es muy positivo. Nada es como había imaginado. Había imaginado que sería un trabajador, un directivo de una multinacional, ganando bastante dinero y jubilándome así, y el tiempo y el auto-crecimiento me ha ayudado a definir mi camino, mis reglas, lo que vibra com mi manera de ser, no con lo que socialmente está estipulado ni con la ilusión idílica que tenía y no iba conmigo. Sé que quien me quiere sólo quiere que sea feliz y haga feliz a quienes me rodean, y saben que así lo soy. Y así es.
¿Sabes que me hace feliz de mi trabajo? Más que ganar dinero, sentir que estoy ayudando a otra persona a progresar, como profesional y como persona. Todos hemos tenido algún mentor en nuestro camino, yo los he tenido y les estoy eternamente agradecido. ¿A qué venimos al mundo si no es a ayudar a otras personas?
Mi aspiración es ayudar a otras personas, que casualmente trabajan en empresas y ayudándoles esas empresas ganan dinero, pero este es el orden en el que me gusta pensarlo.
Un deseo
Recientemente despidieron a una persona que conozco, un profesional como la copa de un pino, me consta que le hicieron un poco de gota-malaya, y esto no está bien.
Cuando me enteré de que lo habían despedido me alegré por pensar que tendrá una mejor vida a partir de ahora. Sé que saldrá adelante y encontrará la manera de ingresar dinero, porque el que es bueno es bueno, el que tiene talento lo tiene, el que tiene ganas de tirar adelante lo hace.
Si estás al otro lado, en el lado del que despides, y lees esto, escucha esto por favor: no pierdas nunca la humanidad, sé noble, es lo correcto y lo sabes. Si una persona no encaja en una empresa por el motivo que sea, es lícito, despídele pero hazlo bien, págale lo que le toca, haz un despido improcedente y págale lo que le toca, y no lo hagas sufrir, ni alargues la agonía, no lo ningunees. Y luego, haz los honores de la despedida, ¿no? Qué menos. El otro día en la radio escuchaba que no sé en qué país de África hacen una gran celebración cuando te mueres, como honor que te has ido. Así debería ser las despedidas de los grandes profesionales, que han ayudado a la empresa. Al fin y al cabo piensa que todo es como una obra de teatro y somos meros actores, y unas veces nos toca hacer un papel y otras otro, pero lo que no deberíamos olvidar nunca que todos meremos respeto, dignidad, y ser tratados como te gustaría que trataran a ti.
Posdata: captura de un momento de mi vida
En Junio de 2013, justo al cabo de poco de perder mi trabajo como asalariado decidí ponerme a trabajar por mi cuenta, y me apunté a un evento de emprendedores que se organiza en Barcelona, el BizBarcelona. Me apunté a una sesión de networking y me puse a darlo todo.
El destino quiso que saliera en la foto que se publicó en el diario de la Vanguardia ese día 6 de junio de 2013, hoy hace más o menos 10 años.